Octubre nunca ha sido un mes que me guste mucho a pesar de que es el mes de mi cumpleaños; evento que tampoco me entusiasma mucho, y no es porque no me alegre el hecho de recibir regalos y felicitaciones sino porque justo ese día pasan cosas MUY EXTRAÑAS.

El viernes en la noche hice una pequeña reunión en mi casa, con fogata y tamales. Dos horas después de que la fogata estaba hecha, comenzó a llover.

El sábado se rompió la manguera del fregadero, se rompió una caja de leche y se tiró por toda la cocina, cuando ya me iba a bañar no salía agua de la regadera; logré juntar agua y me bañé y cuando ya estaba lista para partir, me subo al carro y… se ATORA en una zanja, tardamos como una hora en poder sacarlo de ahí. Llegué a la fiesta de un amigo y ahí todo iba bien (si así le puedo llamar a esa atmósfera). Salí de ahí para después ir al antro y ahí me torcí el tobillo, GENIAL.

Llegando a mi casa el día siguiente me enteré que se había ido la luz por 3 horas después de que yo me fui y mi madre me dice “Tu no deberías cumplir años, cada que es 31 pasan cosas, hace tiempo nos íbamos a Coatza por la inundación, hace mucho murió tu abuela, y ayer nos pasó de todo.”

Efectivamente, mis cumpleaños nunca han sido acertados; pero después de todo me reía y decía “¿Y qué sigue?”

Amo el número 22, amo ser quien soy; una persona con humor ácido, criticona, mamona, creativa, dramática, depresiva a veces, pero siempre con una sonrisa en el rostro. Amo a mi familia que siempre estará ahí para mí. Amo a mis amigos y les doy gracias por soportarme.

Y escribiré la porra con la que vitoreábamos los grandes éxitos en la primaria:

Está bien, está muy bien

Lo hiciste bien, en ésta ocasión participo yo también

Haz el bien y no mires a quien.

Compañé, compañé, compañero te luciste

Si lo vas, si lo vas, si lo vas a repetir.

¡LO HICISTE BIEN!

Sí, lo he hecho bien estoy 22 años y seguiré así, Tanti auguri a me principessa!

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